En el apasionante mundo de la política, para que las decisiones de un mandatario puedan considerarse “magistrales” estas deben cumplir, indefectiblemente, con tres condiciones básicas:
1- Beneficiar al propio mandatario, o en su defecto al partido gobernante.
2- Beneficiar económicamente a los magnates y empresarios que, de facto, controlan un país y permiten o facilitan el ascenso al poder de sus aliados.
3- Beneficiar, al menos aparentemente, a la población de manera que el populacho esté satisfecho y no se percate de lo ocurrido en relación a los anteriores dos puntos.
La idea de disminuir el límite de velocidad surgió tras la subida de precio de los carburantes resultante del inicio de la invasión por parte de Occidente a la nación Libia. Pese a que la mayor parte del combustible que se consume en España no proviene del estado gobernado por el Coronel Gadafi, se nos convenció de que la inestabilidad de su gobierno y las revueltas surgidas a lo largo y ancho del país norte africano eran los responsables últimos del encarecimiento del petróleo.
En aquellos tiempos, el mandamás del Gobierno Español no era otro que su actual presidente: Jose Luís Rodríguez Zapatero. Por eso, cuando desde el ejecutivo surgió la idea de rebajar el límite de velocidad, fueron legión los fitipaldis y mascachapas patrios que se cagaron, por este motivo, en la puta madre que lo parió.
No tardó en elevarse la voz de muchos que dudaban de la efectividad de la medida, poniendo en entredicho que disminuir en 10 kilómetros por hora la velocidad máxima permitida tuviera consecuencias relevantes en el ahorro de combustible de los españoles. También hubo quién denunció, desde diversas plataformas y medios de comunicación, que el único fin que perseguía el llamado “plan de ahorro” no era otro que aumentar la recaudación en concepto de sanciones por exceso de velocidad.
El tiempo ha probado, a lo largo de estos cuatro meses que la nueva norma se ha mantenido en vigor, que:
1. Ha habido un acusado descenso de la siniestralidad, con menos de 40 muertos en las carreteras durante la pasada Semana Santa.
2. El ahorro de combustible ha sido de un 8,4%.
3. Las multas por exceso de velocidad se han reducido en un 35%, según estimaciones de la Dirección General de Tráfico.
Por tanto, por muy garrulo y velocista que uno sea y por mucho que la gestión Socialista haya resultado catastrófica en prácticamente todos los aspectos… es de ley reconocer que el proyecto ha funcionado y que (en resumidas cuentas) beneficia a la población.
Así, la tercera condición para que una decisión política resulte acertada ha sido cumplida. Desviemos ahora la mirada hacia la segunda:
Es indudable que ha habido individuos y empresas que se han lucrado gracias a este affaire. Sin ir más lejos, quien sea que fabricó las láminas imantadas con las que se han modificado todas y cada una de las antiguas señales de limitación a 120 km/ h ha sacado un buen pico.
Dado que el coste total de la operación se ha estimado en la nada desdeñable cifra de 230.000 Euros, puede decirse que aquellos que se han repartido el pastel de la misma han obtenido pingües beneficios del plan. Parece obvio, entonces, que quien tomó la decisión cumplió también con la segunda condición necesaria para elevarla a la categoría de “magistral”: Hay gente que ha trincado pasta, contenta y agradecida con su benefactor. Gente que, llegado el momento, no dudará en echar un cable a aquellos que les facilitaron el acceso a tan suculento botín.
Sin embargo, los que observábamos la maniobra detectábamos un fallo en la ejecución de la misma: La condición número 1 no parecía estar siendo debidamente satisfecha.
La recién estrenada disposición no estaba beneficiando ni al Presidente ni a su Gobierno. ¡El pueblo español odiaba a sus gobernantes! Y les odiaba mucho más salvajemente por haber limitado su velocidad de desplazamiento que por haber machacado por sistema la economía del país. Ayer, sin embargo, se despejaron todas las incógnitas.
Leo en http://www.expansion.com/agencia/efe/2011/06/24/16279448.html que el Gobierno ha vuelto (solo cuatro meses después) a elevar la velocidad máxima permitida a 120 kilómetros por hora en autopistas y autovías, devolviendo así la felicidad a muchos. Repito, la felicidad, porque en este país de idiotas gusta conducir rápido, independientemente de lo peligroso que pueda resultar para nosotros mismos o para los demás. Ahora planteémonos, ¿con quién estamos felices?
En estos últimos meses ha habido importantes novedades en el panorama político nacional: A día de hoy Rodríguez Zapatero, tras anunciar el pasado abril su renuncia a repetir candidatura en las próximas elecciones, es un cadáver político al que nadie presta la más mínima atención.
De hecho, aunque no sea oficial, todos los españoles sabemos (gracias al constante bombardeo informativo que hemos sufrido durante las últimas semanas) que el individuo que lleva las riendas de la nación en la actualidad no es otro que Don Alfredo Pérez Rubalcaba, Ministro de Interior. Este inquietante caballero, candidato oficial a la presidencia del Gobierno en las generales de 2012, está en campaña electoral las 24 horas del día. Por eso intuyo que la noticia que hoy nos ocupa no es sino un nuevo golpe de efecto diseñado para meterse en el bolsillo a una buena parte de los votantes.
Resumiendo, quien ordenó la reducción fue el fracasado Zapatero, pero quien se lleva el mérito de suprimir tan polémica y e impopular norma es Rubalcaba: Puntos extra para él, de cara a los próximos comicios, en otras palabras.
Persiguiendo recuperar la simpatía del pueblo llano, el Gobierno (después de una inversión millonaria que nos vendieron como incuestionable) descarta una de las pocas medidas acertadas que, en los años que lleva en el poder, ha sido capaz de imponer. El Partido Socialista ha comprado unas decimas de popularidad para el candidato Rubalcaba con 230.000 Euros directamente escamoteados de los bolsillos del contribuyente español.
No queda ahí la cosa: Resulta que la nueva limitación de velocidad comenzará a aplicarse, casualmente, el primer día de Julio… ¿Nadie ha caído en la cuenta de que, precisamente, el verano es el momento del año en el que más personas efectúan desplazamientos largos por carretera? Si de la reducción obligatoria de la velocidad derivó un descenso de la siniestralidad, un ahorro importante de combustible y una significativa disminución de las sanciones… ¿Qué podemos esperar del restablecimiento de la antigua limitación, en el contexto de los meses con más movimiento de vehículos de año?
Creo que la respuesta es irrebatible: Más multas, más gasto… y más muertos.
En definitiva, tendremos un colectivo de empresarios que serán un poco más ricos que hace cuatro meses.
Tendremos un candidato a la presidencia que, poco a poco, logra que muchos empiecen a considerarle como un político sensato y comprensivo a costa de dilapidar recursos económicos de una nación en crisis.
Tendremos una población que pagará más multas, gastará más en gasolina y se estampará con más frecuencia a partir de Julio… y aún así dará las gracias.
Dicho de otra forma, tendremos ante nosotros el resultado propio de una decisión política sencillamente magistral: Mi más sincera enhorabuena al padre de la criatura, evidentemente es un hijo de puta muy listo.
comiendodetergente.blogspot.com
Demuestra con datos lo de los accidentes y te creere.
ResponderEliminarTe recuerdo que por "datos" no vale "se han reducido x los muertos", sino cuantos hubo el año pasado en carreteras de 120 y con vehiculos que pudieran correr 120. Vamos, datos concretos.
Claro que si, querer ir a 120 es ser un puto loco y un criminal.
Lo siento, pero no me apetece ponerme a elaborar una estadística tan compleja como la que me exiges. En vez de eso, te ofrezco dos sencillos experimentos:
ResponderEliminar1- Aporréate la mano con un martillo a una velocidad determinada y, luego, aporreate la otra a un 10% menos de velocidad. Analiza en cual de las dos manos el destrozo ha sido más importante.
2- Lánzate de cabeza contra un muro a la velocidad que quieras y, en el último segundo, trata de frenar. Repite la experiencia reduciendo en un 10% la velocidad. Analiza en cual de las dos ocasiones te resulta más facil evitar el castañazo.
Te adelanto datos:
. Mas velocidad = Más pupas y menos capacidad de reacción..
. Menos velocidad = Menos pupas y más capacidad de reacción.
Yo no he dicho que ir a 120 signifique ser un "puto loco y un criminal", como pareces querer indicar.
Digo que hay que ser enormemente estúpido para sufrir tanto por que te reduzcan la velocidad máxima en 10 km/h, máxime teniendo en cuenta como está el país.
Un saludo,
comiendodetergente.blogspot.com
Por cierto (soy el anonimo de antes), me ha entrado una pequeña duda.
ResponderEliminarJustificame, ya que argumentos tienes, porqué es mejor bajar a 110 que a 100, por ejemplo.
No majete, porque tu razonamiento anterior basado en supuestos "datos reales" no distingue por tipos de carretera ni por limites de velocidades. Si no tenemos esos datos, muy pero que muy sencillos de calcular, es porque no nos los han querido dar, porque el dato no seria tan espectacular.
ResponderEliminarEs sencillo, si la comparativa la vamos a hacer simplemente con el año anterior (lo que se por sí ya es estúpido), habrá que ver cuantos ocurrieron el año pasado en carretaras de 120 y cuantos ha habido este año en esas mismas carreteras con el nuevo limite. Dicho de otra manera, esos datos nunca deberiun incluir carreteras generales, tramos de autopista anteriormente limitados o accidentes con vehiculos con restricciones de velocidad como autobuses (bueno, en este ultimo caso seria ya hilar muy fino, venga, lo este ultimo caso lo retiro, dejemos solo las carrteras).
Y comparar y listo.
Vuelo a ser el anonimo.
ResponderEliminarQue digo que mas estupido son otros aplaudiendo con las orejas lo que a todas luces era un soberana majadería.
Si ir a 120 por hora y querer seguir yendo a esa velocidad no es ser un criminal, entonces que viene la estupidez de llamar estupidos por cabrearnos por esta medida.
A la primera cuestión:
ResponderEliminarSin duda, si hablamos de ahorrar y evitar accidentes, mejor a 100 que a 110. Y mejor a 90 que a 100. Es muy facil: cuando te atropella un vehículo, siempre es mejor que corra poco.
Obviamente tampoco vamos a reducir la velocidad en autopista a 30, porque para eso iríamos en patines.
A la segunda cuestión:
Una vez más te ahorraré quebraderos de cabeza y tecnicismos con un sencillo experimento:
Pregunta, a cualquier miembro de tu familia, a que velocidad prefiere tener un accidente. Dale dos opciones, me apuesto contigo lo que séa a que elegirá la más baja (por poca diferencia que haya).
Esto es así por el mismo motivo por el que preferimos que nos pegue un guantazo un tío de 60 kilos antes que uno de 80. No necesitas tantos datos como pretendes hacerme creer: Con menos velocidad los golpes son menos salvajes, es un hecho (le des las vueltas que le des).
A la tercera cuestión:
Vuelvo a insistir en que yo no he llamado criminal a nadie. En ningún momento.
Puedo asegurarte que, desde que entró en vigor el nuevo límite de velocidad, he comprobado que la carretera es un lugar notablemente más seguro. Te diré por qué:
Cuando un estúpido antepone llegar unos minutos antes o difrutar de un subidon de adrenalina al volante, a su propia seguridad o la de los demás... obviamente esto sucede por que no le da miedo matarse o matar (o herir, o mutilar) a un inocente o a sí mismo.
En estos casos hay que buscar la manera de meter el miedo en la cabeza de este tipo de conductores temerarios, y desgraciadamente amenazarles con una multa resulta ser la mas efectiva de las opciones. Desde que bajó la velocidad máxima permitida, el miedo a las multas ha relajado en un 10% a este tipo de gentuza y yo lo agradezco.
Dirás que en una sociedad libre no habría que meter miedo a nadie... verás, yo tampoco tendría por qué temer cuando un mascachapas me pasa a 140 (o más) haciendo un adelantamiento prohibido porque quiere sentirse como Fernando Alonso con su Seat León amarillo.
Como dije en el post sobre Ryan Dunn (que murió y mató a su amigo tras estamparse a gran velocidad), no habría problema si hubiera manera de garantizar que solo se mataran los cretinos. El problema es que mi vida y la de mis seres queridos también están en juego. Así que no, no es una majadería favorecer que el trafico rodado sea levemente más lento y seguro.
Lo que es de locos es que tú y tantos otros pongais el grito en el cielo ante esta nimiedad, cuando cada día desde el Gobierno se ponen en práctica otras muchas medidas que no solo no nos benefician sino que nos perjudican seriamente.
En cualquier caso te doy las gracias por tus opiniones, conduce con cuidado.
Un saludo,
comiendodetergente.blogspot.com.
Otra vuelta del burro a la noria.
ResponderEliminarTe vuelvo a decir que si solo se han modificado los limites en cierto tipo de carrteras no entiendo porque sigues hablando de accidentes incluyendo en la estadistica las carreteras convencionales. En serio ¿que es lo que no te queda claro? Si es sencillo, la comparativa solo deberia hacerse en carretaras con el nuevo límite. ¿tan complicado es?
Otra cuestion:
Si hace unos meses ir a 120 era algo legal (y soporifero en ocasiones) ¿porqué querer seguir yendo a 120 me convierte en un estupido y en un mascachapas?
Es sencillo, tú tienes un criterio, por ejemplo el que se reduzcan los limites a 90, y yo no. Eso no me convierte ni en estupido ni en mascachapas, pero tu reiterada alusion a mi estupidez si que te convierte a ti en un absoluto cretino.
Por otro lado, si quieres que pongamos el grito en el cielo sobre otros temas es tan sencillo como que escribas un post sobre otra cosa. Aqui hablamos de la velocidad en las carreteras, y que yo sepa, los 120 por hora no es una velocidad a la que mayoritariamente se considere ningun tipo de exceso. Hasta hace tres meses por lo menos no lo era (ni siquiera los 140 en algunos de esos tramos rectisimos).
Yo conduzco con cuidado. Te recuerdo que hace unos pocos meses era lo legal ir a 120, y no era ser un mascachapas ni nada por el estilo.
Y para acabar, solo recordarte que espero que te haya quedado claro lo de las estadisticas y las carreteras que te comento mas arriba. Si quieres puedes seguir con los chistecitos del golpe del martillo, pero no deja de ser una gilipollez.
Pues otra vuelta… Yo te lo explico, no sufras.
ResponderEliminarTe pongo otro ejemplín de los que tanto te gustan para que lo entiendas sin problemas.
Imagina que SOLO prohibimos que la gente se dé martillazos en algunas localidades. SOLO en algunas, las que empiecen por A, por R y por T, por ejemplo. De un año para el otro, los accidentados por martillazo DESCENDERÁN ya que el decremento de martillazos que la medida propicia en esas localidades contribuye a disminuir el cómputo TOTAL. ¡Y no habrá sido necesario hacer estadísticas separadas para unas poblaciones y para otras, porque lo que cuenta es el conjunto! ¡EL CONJUNTO! ¿Ves como no soy yo el que no lo entiende?
Con las carreteras lo mismo. Si ha bajado el número de muertos, ha bajado y punto. Y como la única variable que ha cambiado ha sido la disminución del límite de velocidad, pues no hay que ser un cerebro para saber a qué se debe el descenso de la siniestralidad en su COMPUTO TOTAL. A no ser que tú logres convencerme de que, de no haberse implantado la nueva normativa, los muertos hubieran sido menos aún. Si tienes datos, por favor ilústrame.
Luego, el cartelito de “mascachapas estúpido” te lo has colgado tú solito afirmando que, en ocasiones, circulas a 140. ¿Debo recordarte que esa velocidad excede en 30 kilómetros por hora la máxima que está en vigor en estos momentos? No me extraña que te siente tan mal este asunto… ¡tú eres de los del Seat León que cito más arriba!
Por cierto, ya que me animas a escribir sobre asuntos más serios. Supongo que no has leído la entrada entera ya que, precisamente, trata un tema mucho más preocupante que la velocidad en las carreteras en sí. Tú, sin embargo, no haces más que rumiar el rollo de las estadísticas como un obseso. Eres, precisamente, el tipo de persona a la que me refiero cuando digo que “Lo que es de locos es que tú y tantos otros pongáis el grito en el cielo ante esta nimiedad, cuando cada día desde el Gobierno se ponen en práctica otras muchas medidas que no solo no nos benefician sino que nos perjudican seriamente”.
¡Ay! Con los 140… No corras tanto, que puedes hacerle daño a alguien. ¡Y pueden multarte!
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1- Pues te lo vuelvo a explicar. Si vas a medir la incidencia REAL de una medida, excluiras del saco todas aquellas situaciones en las que esa medida no afecta. De lo contrarior estas dando unos datos, que si bien pueden ser reales en conjunto, no aclara de ningun modo en que medida afecta. ¿tanto cuesta entenderlo? ¿pero de verdad que tanto cuesta? O es que estas asegurando que no ha habido bajada de muertos en carreteras limitadas anteriormente.
ResponderEliminarLo cojonudo es que tú a esto le llamas obsesión por las estadísticas. Yo lo llamo manipulación por tu parte. Porque hablar de una reduccion del 40% de los accidentes "debido a una sola variable" es casi afirmar que la reduccion de accidentes del 40% ha ocurrido en carreteras con nuevo límite. Y eso, simplemente no lo sabes. Y el hecho de que no lo sepamos con lo sencillo que es de comprobar probablemente se deba a que el dato no va a resultar tan espectacular. Pero tampoco lo sé. Porque no han dado los datos (y pienso que SÍ resultan de interés).
2- A 140 (y eso que sólo era un ejemplo) supero en 30 el limite actual, en 20 el limite anterior (y próximo), y en 10 el limite de algunas carreteras francesas por las que transito a menudo. Ergo a la misma velocidad soy muy criminal en mayo, algo menos en agosto y practicamente nada en francia.
3- No te animo a escribir de otros temas. Simplemente no entiendo comentario sobre quejarse "de un asunto tan nimio" a la vez que te cascas un larguísimo post sobre los beneficios de ir a 110. Te vuelvo a repetir ¿porque no a 100? (claro, segun tu arbitrariedad). Había un limite de 120, no tenia demasiadas quejas la peña al respecto (a pesar de que de por sí a veces resulta un coñazo), y el gobierno lo baja y la peña se queja. ¿no te parece normal? ¿son todos unos estúpidos mascachapas? ¿o es que definitivamente eres un puñetero cretino con el insultito de marras? (yo creo que sí, porque entre el rollo del Leon, y la párabola estúpida del martillo te estás luciendo).
Leete mi entrada, hazte un favor.
ResponderEliminarSi logras indicarme en que punto afirmo que ha habido una reducción del 40% en los accidentes te compro un polo.
Y me llamas manipulador... jeje ¡mascachapas!
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Disculpa, tienes razon, me he hecho unlio con tu cifra de muertos (absolutos) y una estadistica que escuche el dia pasado que hablaba de porcentajes, que si bien no recuerdo de cuanto era creo que rondaa el 60% menos.
ResponderEliminarAl menos yo pido disculpas, y reconozco que estaba equivocado, aunque no se puede llamar manipulacion a algo que no se hace de manera incosciente. Al contrario de lo que haces tu, cretino.
¡Pero... no! ¡Lo estabas haciendo bien...!
ResponderEliminarEstabas pidiendo perdon porque, despues de tanto dar la vara, has descubierto que te has colado y que lo que decías no tenía nada que ver con lo que yo había escrito... ¿por que has tenido que estropearlo insultando al final?
Has estado a punto de quedar como una persona cabal... ahora, además de inventarte datos, has demostrado ser un faltón. Un faltón que goza circulando a 140 y sufre si le dicen que hay que relajar la zapatilla. Un mascachapas faltón con Dificultad de Comprensión Lectora, en definitiva.
Que lástima. Vuelve cuando quieras (pero lee con atención).
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Al contrario que tu, he rectificado mi fallo. Tú sin embargo insistes en tu argumentación manipulada. Insistes en que querer saber la cantidad de accidentes en carreteras con nuevo límite es tener "obsesión pr las estadísticas" e insiste en llamar "mascachapas" a las personas que no están de acuerdo con el límite de 110. Y por esto último solamente es por lo que te llamo cretino (que manda cojones decirme que insulto después de lo que dices tú).
ResponderEliminarSi quieres seguir argumentando estaré por aquí de vez en cuando, pero no pretendas agarrarte a un error mío del que me he disculpado para cascarte una contestación sin ideas, porque ese error en cualquiera de los casos no contradice de ninguna anera lo que yo digo.
Creo que está claro que, durante el par de días que hemos pasado discutiendo, se nos ha calentado la bocaza mucho mas de lo apropiado a ambos. También ha quedado demostrado que me acusabas de haber escrito datos que tú habías malinterpretado.
ResponderEliminarAhora que hemos dejado pasar una horas de descanso, es un buen momento para parar de faltarnos al respeto. Disculpa mi malas formas.
Es obvio que tu no creerás que la medida ha funcionado hasta que veas las estadísticas aplicadas a autovías y autopistas en concreto. Ya sabes que yo opino que, con haber logrado una reducción en el conjunto de los fallecidos, es más que suficiente.
Seguimos estando en desacuerdo en un punto importante: Tu querrías que se circulase más rápido y yo estoy convencido de que cuanto más despacio mejor. Supongo que, si tu eres un Mascachapas, yo podría ser un Flanders.
Solo te insisto en que, al menos por la seguridad de los demás, conduzcas con cuidado y ciñiéndote a la velocidad máxima que marque la ley. Lo de los 140 me pareció una sobrada.
Un saludo,
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