sábado, 23 de julio de 2011

Algo huele a podrido en Noruega



Tras el terrible atentado sufrido por los ciudadanos de Oslo ayer, comienzan a trascender datos sobre el presunto asesino de casi 100 noruegos inocentes, que se encuentra bajo custodia policial. Todos los periódicos, todos los canales de televisión y todas las páginas web coinciden en un mismo perfil del terrorista:
Anders Behring Breivik, noruego de 32 años. Se define a sí mismo como cristiano y conservador. Ha firmado artículos de carácter anti musulmán en document.no. Fue militante, hace años, del partido derechista Fremskrittspartiet. Dirige una empresa de producción agrícola, lo que le podría haberle facilitado la adquisición del fertilizante necesario para la elaboración de explosivos. Además tiene tres armas registradas a su nombre y ¡es masón!
Todo esto, insisto, según la televisión y los periódicos que han elaborado esta lista de características personales basándose, principalmente, en el rastro dejado por Behring Breivik  en la red. Sobre todo de su perfil en Facebook. Sin embargo tras una visita al mismo, una serie de cuestiones despiertan en mí inquietantes sospechas difíciles de pasar por alto.
No hace ni un mes que Anders se inscribió en la red social. Su primer comentario data del pasado 17 de Julio y no es más, al igual que los siguientes, que un link a un video musical. Sin embargo, la descripción que el usuario hace sobre sí mismo es completa y muy exhaustiva, si se tiene en cuenta el escaso uso que le daba a su cuenta. Da la sensación de que estamos más ante un “historial” del presunto homicida que ante otra cosa.
Así, en el apartado “filosofía” se identifica como cristiano y  conservador tal como la prensa reporta. Efectivamente afirma dirigir Breivik Geofarm y se reconoce aficionado a la caza, lo que justifica su tenencia de armas de fuego. Por si fuera poco coloca en el apartado “juegos” dos títulos de temática violenta. Una vez leído todo esto, y tras las reiteradas acusaciones de “fundamentalista católico” vertidas sobre el por la policía y los medios de comunicación, parece necesario formarse una opinión negativa sobre este tipo independientemente de los asesinatos que haya podido cometer. Es más, la página entera parece específicamente redactada con este fin.
La frase "Una persona con una creencia equivale a la fuerza de 100.000 que sólo se mueven por interés", publicada recientemente por Anders en Twitter, contribuye a confirmarle como un perturbado homicida en potencia. Y es que, si bien esta cita de Stuart Mill no tiene en sí nada de maléfico, cuando es un asesino solitario quien la utiliza la cosa da un giro drástico. A estas alturas parece absurdo dudar de la culpabilidad del acusado, sin embargo es precisamente el hecho de que todo se vea tan claro lo que me induce al recelo.
Por si fuera poco hay colgados en su perfil cinco retratos del propio Behring Breivik, subidos a la red el mismo día. Todos, menos uno, parecen posados de estudio realizados sobre el fondo plano típico de un plató, algo infrecuente en las imágenes que suelen compartir los usuarios de Facebook. Al menos dos de ellas están tomadas en la misma sesión, y todo hace sospechar que una tercera (en la que Anders viste una americana de color marrón) también. Da la impresión de que han sido cuidadosamente seleccionadas para no revelar más datos que sus rasgos faciales, evitando mostrar lugares o personas.
Aún así, la más sospechosa de todas las fotografías es precisamente la que ha llevado a los medios de comunicación a especular con la posible filiación francmasónica del presunto homicida. Se trata de una instantánea en la que Behring aparece elegantemente ataviado con una indumentaria que muchos no dudan en etiquetar como propia de este colectivo. Siendo como son los masones miembros de una sociedad secreta, no puedo sino juzgar como extraño el hecho de que alguien que, tal y como se está afirmando, ha alcanzado el tercer nivel de la misma, exhiba de una forma tan indiscreta su pertenencia a una logia en Internet.

Estado: En la Logia, masoneando con mis coleguis secretos.

¿Es una locura plantearse la posibilidad de que se nos esté tratando de manipular para que, tal y como está ocurriendo, se anuncie en titulares de todo el mundo que este señor es un masón? Llámenme loco, pero este tipo de “pruebas” me recuerdan a aquel pasaporte que se encontró intacto en la misma zona cero de la que no pudieron rescatarse sino polvos y ceniza tras el atentado del 11 de Septiembre de 2001.
Aquí empiezan a asaltarme las dudas, inevitables tras la evidencia de que no todos los llamados “atentados terroristas” que la humanidad ha venido sufriendo en los últimos tiempos han ocurrido exactamente de la manera en que nos fueron contados. Si es usted una persona que cree el 100% de lo que se nos ha dicho sobre las Torres Gemelas, los trenes de Madrid, el Metro de Londres y etcétera, le recomiendo que investigue no solo sobre aquellos acontecimientos, sino sobre otros muchos ejemplos de terrorismo de estado o ataques bajo bandera falsa que se han venido sucediendo a la largo de las últimas décadas (Gladio puede ser la palabra perfecta con la que iniciar una búsqueda de datos que, a buen seguro, no le dejará indiferente).
Volviendo a Oslo, tenemos un psicópata asesino que se asegura de dejar una buena pista de datos que, a todas luces, le identifican como tal. Estudiemos ahora brevemente el blanco contra el que actúa:
Mata a decenas de chavales, liándose a tiros en una isla en la que se está celebrando una reunión de juventudes social-demócratas que quedan atrapadas a merced del pistolero. Es difícil imaginar peor villano que un fascista que mata niños, ya que este no se limita a tener ideas radicales intolerantes y a cometer asesinatos sino que arremete contra el sector más débil y vulnerable de una nación: Aquellos que representan su futuro.
Las víctimas de Behring parecen haber sido escogidas con el solo propósito de encoger los corazones de la ciudadanía. No han muerto soldados, extranjeros prescindibles ni nadie de dudosa moral. Se ha masacrado a muchachos nacidos en Noruega que no habían vivido tiempo suficiente para haber hecho nada malo. Jóvenes idealistas, además, militantes de un partido progresista para más inri.
Si alguien deseara que la opinión pública del país escandinavo se volviera contra cristianos y conservadores, no se me ocurre mejor acicate posible que un atentado de estas características para lograrlo. ¿Qué, sino un profundo rechazo, puede provocar en una mente sana y equilibrada la comisión de semejante acto de crueldad? ¿Cuál, sino el más ciego deseo de venganza, habría de ser el resultado de un episodio tan carente de humanidad? Poco importa que las enseñanzas de Jesucristo nada tengan que ver con el exterminio de inocentes: No habría de extrañarnos que la población noruega se movilizara contra todo lo que nos cuentan que este salvaje representa, que no es otra cosa que el conservadurismo y la profesión de la fe católica.
Sin embargo no olvidemos que el odio generalizado hacia el Islam que ha derivado de la masacre del 11-S (y que Behring comparte) ha justificado atrocidades como Afganistán, Guantánamo o ese descarado recorte de libertades conocido en Estado Unidos como USA Patriotic Act. Y no olvidemos tampoco que el tiempo, lenta pero inexorablemente, se está encargando de colocar a cada cual en su lugar tras aquella sarta de infamias de las cuales aún siguen quedando miles de víctimas en todo el mundo.

¿Anders Behring Breivik? ¿Cristiano? ¿Conservador? ¿Psicótico? ¿Masón?
Hoy solo una cosa está clara: Decenas de inocentes han dejado de respirar. Y no me extrañaría nada que, próximamente, el detenido como presuntamente culpable pasara a mejor vida en extrañas circunstancias igual que el malogrado Lee Harvey Oswald tras el magnicidio de JFK.






comiendodetergente.blogspot.com

1 comentario:

  1. Esto ha sido hurdido por la Cia y el mossad. Noruega dejó de respaldar la intervención aliada en Libia y además está a favor de palestina como estado

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