miércoles, 4 de mayo de 2011

Y de repente, Osama.

En los últimos días están ocurriendo demasiadas cosas, aparentemente relevantes todas ellas pese a ser muy poco importantes en realidad.


Para empezar tenemos la reciente sobredosis futbolera. Todo el país paralizado antes, durante y después de cada uno de los enfrentamientos entre el Madrid y el Barça que se han dado lugar en las pasadas semanas. Han logrado que hasta la gente como yo, que nunca ha seguido ese deporte, conozca todos los resultados, las anécdotas y las desavenencias entre entrenadores, jugadores y aficionados. Casi como si se tratase de algo importante.


Después se casa el principito guiri y todo el mundo pierde el culo. Tal ha sido la cobertura que se le ha dado a la boda en los días previos que llegué a creer que el enlace ya había sido celebrado al menos en tres ocasiones antes de que efectivamente ocurriera. Casi como si me importara.


Para acabar fuerte, el lunes nos dicen que el ejército de los Estados Unidos ha acabado con Osama Bin Laden.








Para alguien que, como yo, escribe un blog de las características de Comiendo Detergente, este cúmulo de bombazos informativos representa una auténtica putada:


Para empezar el futbol me parece una gilipollez sobrevalorada, un negocio multimillonario que se sustenta en la absurda e incomprensible figura del forofo (un tipo que apoya ciegamente a una empresa por que sí, paga por ver sus partidos, compra su merchandising, se pelea con los contrarios en el bar y destroza su propia garganta gritando "goool" en el mejor de los casos). Dar publicidad a semejante idiotizador de masas o fomentar el debate en torno al mismo sería absurdo y anti ético.


La monarquía, en cualquier país, me parece una estafa al ciudadano absolutamente injustificable puesto que carece de toda utilidad, es antidemocrática y, por si fuera poco, resulta exageradamente cara. Pienso que si todo el empeño que se ha puesto en chismorrear sobre la boda de estos dos futuros jetas con corona lo dedicáramos a pedir explicaciones a la realeza de cada país mañana mismo les habríamos pegado la patada y podríamos disponer de los millones que se destinan a su uso y disfrute para algo realmente necesario. Por eso, aunque me encantaría decir que son unos vagos y unos inútiles, paso de hablar de Kate Middleton y su chorbo.


Si Bin Laden ha muerto o no, en principio, no es noticia. Antes debería poderse demostrar que Bin Laden existió, y (de haber existido) que no había muerto durante estos 10 años de búsqueda constante. La noticia sería que la administración estadounidense despejase con sinceridad todas las incógnitas que, en torno al 11-S, han ido surgiendo durante la última década. Vamos, que el notición apesta a montaje por los cuatro costados, y no me resulta atractiva la perspectiva de ayudar a difundirlo.


Así las cosas, recientemente no ha pasado nada sobre lo que merezca la pena escribir una entrada en este blog y, como los blogs se alimentan de palabra escrita, Comiendo Detergente se muere de hambre. Por eso, para garantizar la supervivencia de mi criatura, he decidido dar por hecho que Bin Laden ha muerto y escribir unas lineas sobre ello.


La novedad del día es que la hija adolescente de Osama ha relatado a los medios Pakistaníes una versión de los hechos que dista notablemente de la que la Casa Blanca nos vendió cuando aún era la única fuente de información al respecto.


Según la muchacha, su padre fue reducido durante los primeros minutos de la intervención militar. Poco después, y en presencia de su familia, fue ejecutado por los SEAL recibiendo al menos dos disparos: uno en el pecho y otro en la cabeza.


Esto es una versión creíble. Recordemos que hasta ahora Jay Carney (el portavoz del gobierno estadounidense) nos había tratado de convencer de que Bin Laden había sido asesinado debido a que, aun estando desarmado, ofreció tal resistencia a las tropas de asalto que irrumpieron en la mansión en la que se encontraba oculto que no hubo más remedio que reventarle el cráneo del un balazo.




La famosa foto falsificada a partir de otra instantanea del saudí.




Tres días picoteando datos de aquí y allá me han permitido hacerme una idea bastante global del asunto, por eso tal y como yo lo veo esta es la película de la detención y posterior asesinato de Osama Bin Laden:


El enemigo público número uno de E.E.U.U. había sido localizado con total seguridad mucho antes de lo que se nos trata de hacer creer. Lo único que le mantenía vivo era el hecho de que, siendo como era un trofeo demasiado valioso, se le tenía vigilado a la espera del momento más propicio para sacrificarle. Dicho momento, a juicio del Nobel de la Paz Barack Obama, llegó el pasado fin de semana por lo que se procedió a dar luz verde al operativo militar que había estado preparando la operación durante meses. Es difícil asegurar a ciencia cierta el beneficio que la administración de Obama espera obtener con semejante golpe de efecto, si bien es verdad que arrasar en las próximas elecciones, lograr el apoyo de la influyente comunidad judía y tener vía libre de cara a una eventual retirada de Afganistán parecen tres de las razones más probables.


Se había ideado un plan simplicísimo, consistente en introducir dos docenas de soldados bien entrenados en el país de manera ilegal (es decir, sin informar a las autoridades Pakistaníes) para tomar la vivienda del terrorista por sorpresa. Las órdenes eran matar a Bin Laden y a quien se pusiera por delante, requisar todo objeto potencialmente útil para futuras investigaciones que se encontrara en la mansión y huir de la escena del crimen llevándose consigo tanto los prisioneros vivos que fuese necesario como el cuerpo sin vida del terrorista abatido.


La historia que iban a hacer pública era, en parte, similar a la que hemos venido escuchando durante los pasados días. La diferencia radica en que, si todo hubiera salido como se había preparado, las imágenes de Osama sin vida se hubieran divulgado inmediatamente después de darse a conocer la noticia de su muerte. Pero algo se torció:


Lo que salió mal fue que uno de los helicópteros norteamericanos acabó estrellándose. Dicen fuentes oficiales que debido a un problema mecánico, aunque el hecho de que los SEAL lo hicieran explosionar antes de desaparecer del lugar hace sospechar que fue derribado, pudiendo ser el motivo de su destrucción intencionada la ocultación de pruebas como impactos en el fuselaje.


Los dos equipos de SEAL pudieron reagruparse, y tomaron la posición enemiga tal y como había sido previsto. Por supuesto no encontraron ningún obstáculo importante (había más mujeres y niños que hombres armados en el interior) y en unos minutos habían localizado y reducido a su objetivo. Informaron al mando y recibieron la orden de ejecutar al prisionero, tras lo cual Osama fue eliminado como los miembros de su familia han confirmado.








El resto de los 40 minutos que, según parece, duro la intervención, fueron dedicados probablemente a registrar el lugar en busca de material informático, archivos, armas, dinero… hasta que el equipo inició la retirada. El problema resultó ser que, habiendo perdido una de las aeronaves, no era posible marcharse llevándose secuestrados a todos los testigos, como sin duda se había planeado en un principio (sabemos que la detención ilegitima de inocentes con información útil no supone ningún dilema moral para los G.I. americanos).


Como asesinar a todos esos niños maniatados hubiera sido demasiado brutal incluso para el ejército yanki no hubo más remedio que dejarlos en tierra, suponiendo esta la primera traba importante a la que iba a tener que enfrentarse la Casa Blanca, que tuvo que anticiparse a la posibilidad de que alguno de los presentes hiciera pública la realidad de lo ocurrido.


La mejor manera que se les ocurrió de cubrir sus espaldas fue anunciar a bombo y platillo que se habían deshecho del cuerpo por cuestiones religiosas. Sabían que no habría manera de demostrar que se ejecutó a Bin Laden cobardemente sin un cadáver que lo pruebe y la excusa del ritual Islamico del “lanzamiento de fiambre al fondo del mar” era ideal, ya que no solo salva su culo sino que, de regalo, les hace quedar como los mejores de entre los samaritanos. Tampoco podían mostrar al mundo la fotografía probatoria de la hazaña ya que la imagen también serviría, llegado el caso, para confirmar la versión de los testigos. De ahí que se apelara a la crudeza de la imagen como excusa para su no difusión.


Como era de esperar, a los tres días la versión de los presentes durante el asalto salió a la luz y el mundo reaccionó como Obama and Company esperaban que reaccionase: Muchos queremos creer a la niña pero no tenemos información suficiente como para poder hacerlo. Al fin y al cabo acaban de matar a su padre, sería lógico que hubiera inventado la historia de la ejecución para tratar de vengarse de los responsables de su pérdida. Se trata de la palabra del presidente-mulato-del-buen-rollo contra la de la hija del pérfido Bin Laden. ¿A quién vamos a creer? A la descendiente de un terrorista o al líder del mundo libre? Pues eso.


Por supuesto no puede descartarse que, repentinamente, se filtren imágenes “autenticas” del saudí muerto. Solo quiero recordar que cada día se fabrican muñecos y animatronics sorprendentemente realistas para ser utilizados en las producciones de Hollywood y que los avances en el mundo del maquillaje y los efectos especiales en los últimos años han sido enormes. Digo con esto que después de toda esta sarta de incoherencias y contradicciones ni siquiera una imagen lograría acallar mis dudas en torno a todo esto ya que el gobierno norteamericano tiene a su alcance los medios necesarios para mostrarnos, si quiere, al mismisimo David Crockett bailando lambada en tanga.


No cabe la menor duda de que la “muerte” de Osama, ya sea un suceso real o una simple representación teatral, era el único y principal motivo de la acción militar, y eso nos obliga a preguntarnos ¿por qué?


Lo lógico hubiera sido detener y juzgar a Bin Laden por los asesinatos de los que se le acusa, tal y como se obró en el pasado con Saddam Hussein y otros. Es, a todos los efectos, más práctico y aleccionador de cara a sus simpatizantes. Por si fuera poco se trata de la manera de actuar que cabría esperar de un gobierno civilizado, respetuoso de la ley y los derechos humanos y contrario al terrorismo en cualquiera de sus formas.


La puesta en escena y el desenlace de este oscuro episodio me invitan a valorar la posibilidad de que, tal y como algunas voces han venido pregonando a lo largo de la pasada década, el gobierno de los Estados Unidos y la figura de Osama Bin Laden estén tan estrechamente ligadas que puedan incluso ser una misma cosa. Si, como se ha dicho, el ataque a las torres gemelas del 11 de septiembre hubiera sido un “trabajo interno” resultaría muy conveniente eliminar de la manera en que se ha hecho al que el mundo entero ha señalado siempre como único responsable para así lograr poner punto y final a cualquier posible investigación. En otras palabras, una aplicación extrema del refrán que reza “muerto el perro se acabo la rabia”.


Soy humilde y soy realista, sé que es más que probable que jamás llegue a conocer ni la más mínima porción de la verdad en torno a toda esta siniestra trama. Por eso todo lo anterior son solo conjeturas y suposiciones absolutamente indefendibles, por mucho que me resulten más creíbles que la “información oficial” transmitida por la prensa y la televisión.


Lo que no es un invento mío, lo que ha sucedido y está sucediendo, es que es la primera vez en la historia en la que (citando a Javier Gallego, presentador de Carne Cruda R3) un Premio Nobel celebra en público un asesinato de Estado sin disimular su excitación…






"¡Matar, matar! ¡Que contento estoy!"









comiendodetergente.blogspot.com

4 comentarios:

  1. Tres cosas:
    1. Compadezco a la familia del pobre inocente que se han cargado para disfrazarlo de Osama.

    2. Por favor, medios de comunicación, antes que jugar al despiste que si foto sí, foto no, prefiero saber la opinión pública del mundo árabe sobre el asunto. A EEUU lo tengo muy visto.

    3. Señor ComiendoDetergente, qué es lo del helicóptero? No me he enterado.

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  2. Lo del helicoptero es que llegaron con dos y volvieron con uno.

    Según leo en http://www.estrelladigital.es/mundo/helicoptero-misterioso-cazo-Bin-Laden_0_950904967.html se trataba de una version secreta e indetectable del Blackhawk, que cayó tras chocar una de sus helices contra la casa de Osama.

    Según parece, el motivo de que los soldados lo destruyesen fue preservar la tecnología de la aeronave averiada en secreto. Yo me se de un SEAL al que le van a descontar un buen pellizco de la nómina de Mayo...

    Un saludo,

    comiendodetergente.blogspot.com

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  3. Excelente artículo, escribes cojonudamente bien y con mucha cabeza.Por otra parte estoy de acuerdo con tu valoración acerca de este farragoso asunto.gracias

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  4. Segun benazir bhutto y otras personalidades, bin laden murió en diciembre de 2001, asesinado por omar sheik, un agente doble del MI6...
    Aparte de las diferentes versiones de la muerte o no muerte de bin laden, y de sus vinculos probados
    con la familia bush, Zbigniew Brzezinski...etc
    La pregunta es la siguiente: Porque sacan es este momento preciso a Bin Laden del armario?
    Segun Thierry Meyssan, de la prestigiosa Red Voltaire, el descabezamiento de Al Qaeda seria una forma de cambiarle el chip a la organizacion frente a la opinion publica, utilizando a los "yihadistas" para un nuevo fin, tras los dos anteriores, de combatir contra los rusos en afganistan, y de provocar el choque de civilizaciones.

    http://www.voltairenet.org/article169795.html

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